Las redes sociales han creado una nueva forma de comunicarse. Se han convertido en una especie de elemento prominente e inevitable. Todos estamos conectados a todos nuestros contactos y estamos en el mismo momento en el que hacemos las cosas. Estamos de vacaciones, subimos una foto de nuestro glorioso desayuno en el hotel. Compramos un producto, lo contamos rápidamente en Facebook o Twitter compartiendo lo buena (o mala) que ha sido la experiencia. Compartimos la información en tiempo real y recibimos la información en tiempo real y eso ha cambiado por completo la forma en que nos relacionamos con ella.
Y si las cosas empiezan a ser tan inmediatas, nuestra reacción también empieza a serlo. Siempre estamos en una especie de conversación en tiempo real con los demás y siempre estamos comentando lo que sucede en el momento en que sucede. Pero esta inmediatez no solo repercute en la información y nuestra reacción a ella, sino que también modifica otros elementos. Nuestros hábitos de compra y decisiones de compra se ven muy modificados por lo que sucede en las redes sociales.
El entorno social se ha convertido en un nuevo prescriptor
Los productos que mencionan amigos y familiares entran en nuestras decisiones de compra y los guían mientras toman acciones directas para encontrar lo que quieren consumir. ¿Quién no hizo una pregunta en las redes sociales sobre qué comprar? ¿Y quién no pidió recomendaciones y opiniones sobre un producto que le interesa?
Los botones de compra de redes sociales nacieron un poco con esa idea en la cabeza. Los consumidores utilizaron las redes sociales como un elemento de recomendación de compra y descubrieron a través de los muchos productos que querían, entonces, ¿por qué no capitalizar esta realidad y convertirla en una forma de generar cifras de negocio? Muchas fueron las redes sociales que lo intentaron no hace tanto tiempo, pero todo ese pico de interés se quedó en aguas aburridas y realmente no funcionó. Sin embargo, no debes pensar que las redes sociales no funcionan como recomendaciones de compra y no tienen impacto en las compras impulsivas. Lo tienen pero de otra manera.
Los consumidores no compran en las redes sociales, pero las utilizan como vehículo para encontrar qué comprar. Las redes sociales no son una tienda, sino un elemento de referencia que tiene un gran impacto a la hora de redireccionar al consumidor. Hay prueba social, ver a otros comprando un producto y recibiendo una especie de bendición social para hacer lo mismo, para probarlo.
En Joypixel podemos ayudarte a crear, modificar o rediseñar tu página web corporativa o tienda online. Contacta ahora con nosotros y cuéntanos tu proyecto.